martes, 30 de abril de 2013

Simplemente ella

Cada persona tiene su historia llena de sacrificio, esfuerzo, perseverancia, dolor, ganas de salir adelante y por sobre todo el sentir orgullo por lo que hace.
Catalina Muela, para todos “Tita” o “Lela” fue caminando por la vida con aire de primavera sin necesidad de estrella, como dice la canción de Melendi, camino por la vida, sin pausa, pero sin prisas, procurando no hacer ruido, vestida con una sonrisa.
Catalina al abrir la puerta de su casa, un destello especial irradiaba con amor invisible. Con aprecio siempre estaba dispuesta a recibirnos con mates o jugos, mientras preparaba la comida, contaba el vuelto del verdulero, atendía los pájaros y narraba alguna historia, reía y a veces también fruncía el ceño, en ese hogar donde de la mano de Raúl Alberto comencé a transitar este hermoso oficio periodístico, junto a “Chela” albergábamos iniciativas para los chiquitos del jardín de Infantes “25 de Mayo” y desde los ideales forjábamos proyectos junto a su hijo José que más tarde en la calle se desmoronaban, ante un siempre “hay que tener paciencia” expresado por “Tita”.
Los escritos de ella recopilados en el libro “Caminando por la vida”, es el patrimonio vivo de un trabajo plasmado en años como rescate de la actuación en el tiempo de los recuerdos y de su historia de vida para compartirlo con la comunidad por quienes llegaron a este mundo a través de ella, como un tributo a su ternura y bondad, permitiéndonos a quienes recibimos su cariño y afecto apropiarnos de sus sentimientos transformados en palabras.