jueves, 28 de agosto de 2014

Buenos negocios para pocos
Inversiones que poco dejan en la comunidad

«Sería bueno llamarla Miramar de Ansenuza» para posicionar a Miramar como uno de los principales destinos turísticos de Córdoba dijo De la Sota y al mismo tiempo anunció la expropiación de los bañados del río Dulce para la construcción de un eco parque, para mantener el ecosistema, asegurando que iban a ser muy severos con quienes depredan el ambiente y a los pocos meses él mismo mando a derribar un monte autóctono para la timba.

La construcción de un hotel cuatro estrellas para que funcione el casino con canchas de golf, la costanera, el acondicionamiento de las playas son inversiones que realiza el gobierno de Córdoba para el mejoramiento de la infraestructura de la única localidad turística en la costa de la laguna Mar Chiquita, acciones que se deben aplaudir cuando estas tienen como fin principal el bienestar de la población.
La iniciativa de posicionar a una localidad como destino turístico, y que el gobierno invierta  para lograr ese objetivo es altamente positivo, más aún en una población en la que su principal actividad económica es el turismo. Son acciones que hacen pensar en el bienestar general de la población con proyección de futuro por las posibilidades que esas inversiones generen un incremento de la actividad turística y como consecuencia de ello un mayor flujo laboral para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Para que un pueblo crezca de manera sostenida, debe contar con un proyecto de desarrollo local establecido a través de la participación de todos los sectores de la comunidad quienes por intermedio de un amplio debate definen los objetivos generales, para a partir de allí cada protagonista de la comunidad trabaje en los objetivos particulares apuntando al objetivo general, garantizando de esa manera sustentabilidad en el tiempo a los desarrollos y emprendimientos.
Cuando desde el gobierno local no se trabaja con los distintos actores de la comunidad o no se tienen en cuenta lo proyectos que esta propone, es cuando aparecen los negocios particulares ligados a los sectores de poder con dinero del Estado que bajo el pretexto de desarrollo generan iniciativas en beneficio de intereses particulares que generalmente no arrojan los beneficios esperados por la comunidad, a pesar que el gobierno invierta dinero del pueblo, pero que terminan engrosando los bolsillos de unos pocos. 
El principal capital de Miramar, al igual que todo el entorno de la laguna Mar Chiquita es su vegetación, sus aves, sus árboles autóctonos, todo el espacio conformado por la reserva natural conformando un gran ecosistema, el que aseguró el gobernador José Manuel De la Sota que sería muy severo con quienes depredan ese ambiente, tesitura que solo fue parte de un discurso al mandar a los pocos meses, sin importar el daño al patrimonio natural a derribar el escaso monte autóctono que existe para construir un hotel cuatro estrellas para fortalecer el juego, que la mayor porción es explotado por una empresa privada que además de no invertir un centavo para el crecimiento de la localidad, se lleva millonarias sumas de dinero.
Para ese hotel que dijeron quedará inaugurado a fin de año con el nuevo casino junto a 30 habitaciones muchas de ellas para alojar a jugadores invertirán 40 millones de pesos. El hotel contará con todos los servicios sin que el turista tenga necesidad de salir del mismo, con excepción de combustible para quienes no sean trasladados por servicios especiales y alguna que otra cosa, por lo que se invertirán 40 millones de pesos para un servicio que si bien genera la posibilidad de captar turistas de otro nivel económico, estos poco o nada aportaran al desarrollo de los pequeños y medianos emprendimientos de la localidad, ya que todo está pensado para que el mayor gasto lo realicen dentro del mismo complejo, dejando solo las migas para los pobladores a través de sueldos, nunca bien remunerados.
Ante esto deberíamos preguntarnos cuál es el objetivo final del gobernador y sus súbitos locales, en establecer una campaña de marketing cambiando la identidad del pueblo y generar un negocio vinculado al juego beneficiando a una empresa privada que tiene la exclusividad de las máquinas tragamonedas, en lugar de realizar una inversión similar para aprovechar una de las exclusividades que tienen a nivel mundial como son los avistajes de aves o las bondades curativas que tiene la laguna para desarrollar el turismo salud. Actividades que planificada con sustentabilidad brindaría amplias posibilidades de crecimiento a un importante franja de la población.
En ese marco la comunidad a través del Centro Comercial, Industrial, Hotelero y Prestadores de Servicios Turísticos invirtió en investigación para determinar la existencia de aguas termales y trabajó en el desarrollo del proyecto para construir un parque termal, pero hasta el momento no encontró el eco necesario, ni en el municipio que es el propietario del terreno, ni en la provincia para acompañar la inversión para este emprendimiento que aseguraría un movimiento turístico los 365 días del año con una fuerte distribución de los ingresos a todos los sectores. ¿Será más importante el desarrollo del negocio del juego, que un desarrollo de esta naturaleza para que Miramar crezca? ¿Qué razones tendrá el intendente para desalentar este emprendimiento?
Cuando John Corven, presidente de la Sociedad de Aves Hemisférica de América, estuvo en la región, señaló que en el mundo existen entre 6 y 8 millones de personas que salen a hacer avistaje de aves, donde solo es necesario brindar senderos e indicadores para que puedan observar y tomar fotografías y obviamente la difusión necesaria para que quienes se dedican a la actividad tomen conocimiento que cuentan con las condiciones ideales. La inversión y promoción de esta actividad generaría la posibilidad de captar en un corto tiempo una importante masa de turistas durante todo el año que traerían a la localidad dólares y euros con el consecuente crecimiento para todas y todos. Pero como lo viene poniendo de manifiesto desde hace mucho tiempo el Museo «Aníbal Montes», en esa área no gastan ni siquiera en un cartel, cuando la inversión a realizar es insignificante en función de los recursos económicos que podría aportar a la comunidad. El turismo de naturaleza y avistaje es del mayor crecimiento en los últimos años en el país. ¿Por qué el municipio en su política turística no tiene en cuenta a esta franja del mercado? ¿No será un buen negocio para los intereses que se persiguen, promover el turismo de avistaje?.
El juego es un negocio redondo, que según estimaciones, las ganancias seguirán subiendo y nadie se quiere quedar afuera, una buena razón para la proliferación descontrolada que cada vez traga más monedas y más negocios concesionados por el gobierno. ¿Quién se quedará con la explotación del hotel en Miramar?
La iglesia además de estar en contra del fabuloso negocio de los casinos y tragamonedas, denunció la vinculación de esta actividad con el lavado de dinero proveniente del tráfico de drogas, armas, personas y financiamiento de la política, actividad generalmente acompañada de inversiones en infraestructura hotelera. Pero pareciera que muchos se refugian en el templo para lavar la ropa sucia, mientras acompañan el juego del beneficio para pocos en lugar de trabajar para repartir el pan.

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