Una alternativa ambiental para generar trabajo

Nuestra región tiene un gran potencial para generar una alternativa de desarrollo económico y social para acompañar a la principal actividad que es la lechería. El turismo en la naturaleza cuenta con cerca de 50 millones de personas en el mundo dispuestas a venir hacia estas tierras para observar la inmensidad de nuestra riqueza natural, pocas veces valorada por quienes habitamos esta geografía una de las mas importante del mundo en diversidad.

Si bien, para el sistema que impera en el país el sector privado es quien debe generar la oferta comercial que garantice a los consumidores la posibilidad de compra de las distintas experiencias, el rol del Estado como facilitador en el desarrollo de los denominados productos turísticos es en este caso básico para conformar la información estratégica y de promoción de servicios para captar a los visitantes.

Además el Estado tanto municipal, provincial como nacional tiene que establecer los circuitos, la señalización y la infraestructura para el avistaje y generar lo necesario para la preservación a los fines de evitar que el abuso termine por destruir la gallina de los huevos de oro.

Conformar un Ente que abarque a las 16 localidades que conforman el área Mar Chiquita para articular con los actores de cada sector el proyecto de trabajo para lograr las inversiones para insertar a la zona en el mercado, es el primer paso para generar una importante cantidad de fuentes de trabajo y mayor riqueza a la zona con el solo hecho de captar la demanda creciente que tanto a nivel mundial como en el mercado turístico interno existe.

Nuestra área presenta una gran potencial para el desarrollo del producto turístico observación de aves, tanto para ornitólogos, como para aficionados y para turistas observadores con una gran diversidad de espacios a lo largo de toda la extensión de la laguna Mar Chiquita, los bañados de Saladillo y el río Dulce, la desembocadura de los ríos, bosques entre otros que muy pocos dirigentes lo están viendo, como así es valorada por distintas instituciones externas como en 1999 fue planteado por la Red Hemisférica de Reservas para las Aves Playeras del Cono Sur. La Asociación Aves de Argentina junto a las pocas entidades locales como el Museo Aníbal Montes, el COA Miramar, y Promar trabajan en la protección y promoción del área, el resto de los mortales son muy pocos los que ven la posibilidad de generar una transformación de la región a través de esta alternativa natural y ambientalista.

En general observador de aves busca destinos tranquilos donde no se produzcan altas concentraciones de otro tipo de turistas, alojándose un 50 % de los visitantes extranjeros en hoteles 4 y 5 estrellas, mientras que el resto lo hace en casas de campos, hosterias y camping, en cambio los argentinos en su gran mayoría lo hacen en hoteles y camping y en todos los casos requieren guías locales especializados. El observador extranjero gasta en promedio unos 150 dólares diarios y permanecen en el país entre 10 y 15 días.

Los turistas que se dedican a la observación de aves no son personas que van a llenar salas de teatros, no se mueven en excursiones de gran cantidad de personas, como así tampoco buscan ríos para bañarse. Se levantan al amanecer para emprender el recorrido hacia el lugar que eligen junto a su guía para realizar las observaciones, toma de fotografías y demás actividades que concretan hasta el atardecer.

Este tipo de turistas producen fuentes laborales en hoteles, rotiserías que preparan la vianda del medio día, en restaurant y comedores nocturnos, en remises con camionetas para el trasladado y el movimiento diario, a los guías que acompañan a los turistas además como alternativa el alquiler de equipos para realizar el avistaje, lanchas para el traslado por la laguna, taxi aéreo para observar el área entre otras actividades.

Una actividad que según estimaciones del Ministerio de Turismo de la Nación genera en la Argentina un movimiento que no baja de los 62 millones de dólares por año. De nosotros depende construir la alternativa para que una parte de esos dólares puedan ser movilizados en nuestra región para un mayor bienestar de los habitantes.